En el Evangelio de Marcos, los fariseos vinieron a Jesús con la gana de saber si era lícito que un hombre se divorciara de su esposa.
Jesús involucró a estos hombres en una discusión basada en las Escrituras. En efecto, dijo: «Antes de que puedas entender algo sobre el divorcio, necesitas entender lo que es un matrimonio». Y esto es también lo que tú y yo necesitamos entender.
Ahora fíjate en lo que dice Marcos 10:6. Dice: «Pero desde el principio de la creación, ‘Dios los hizo hombres y mujeres'». Dice que Dios creó al hombre y a la mujer, y cuando lo hizo, estableció el comienzo mismo de la sociedad… el comienzo mismo de la vida… y la unión exclusiva del matrimonio.
El matrimonio es una unión profundamente espiritual, social y biológica. Es tanto un vínculo espiritual como un vínculo social y sexual. Y ese vínculo llega a lo más profundo de nuestros seres. Es sagrado.
De eso habla la Escritura cuando dice «dos se convertirán en uno». Y por esa misma razón, divorciarse es como desmembrar tu propio cuerpo.
No cometas el error de pensar que el matrimonio es solo una tradición humana. El matrimonio es la creación de Dios. Entra en él con cuidado y cuidado.