Vamos a conocer a esta mujer increíble. De todos los escritores de la Escritura, es Lucas quien destaca a María. Doce de los 20 versículos que la nombran están en Lucas y uno está en Hechos, así que el 65% de todo lo que tenemos viene a nosotros a través de Lucas.
Así que tenemos que recurrir a Lucas 1. Descubriremos las cualidades que Dios admira en una mujer. ¡La escogió de todo el mundo para esta misión especial!
MARÍA FUE BUSCADA POR DIOS (Lucas 1:26-28). Se unió a tantos otros: Adán y Eva en el Jardín, Noé en el mundo pre-inundación, Abram en su, Saúl en el camino a Damasco… Dios está en el negocio de la gente que busca.
MARÍA FUE HUMILDE (Lucas 1:29, «¿Quién yo?»). Sin aires, sin orgullo, solo un humilde corazón atribulado que cualquiera diría tal cosa. Ella conocía su propio corazón, sin duda, ¡Dios también lo haría!
MARÍA PARTICIPÓ DE LA GRACIA DE DIOS. Ella fue salvada por Dios (Lucas 1:30, iluminada. «Gracia descubierta de Dios»).
María se unió a la innumerable multitud que son herederos de la vida eterna por la gracia de Dios. Maravillosa gracia de nuestra amorosa gracia Señor que excede nuestro pecado y nuestra vergüenza, allá en el monte del Calvario fue allí donde se derrochó la sangre del Cordero.
Su estudio de la Palabra la llevó a los brazos abiertos de «Dios mi Salvador».
MARÍA TENÍA UNA OPORTUNIDAD DE MINISTERIO INCREIBLE (Lucas 1:31-33). Para producir dentro de su cuerpo pequeñas manos que algún día tocarían a los leprosos con un toque curativo, para formar una boca dentro de su vientre que hablara la misma Palabra de Dios, para sentir la patada de los pies que caminarían por los caminos de Israel y difundirían el Evangelio. Qué increíble oportunidad de ministerio.