El Evangelio de Mateo comienza con una larga lista de nombres. Dieciséis versículos se llevan con el rastreo de un pedigrí de Abraham a David, y de David a la familia en la que Jesús nació.
Que nadie piense que estos versículos son inútiles. Nada es inútil en la creación. Los musgos menos, y los insectos más pequeños, sirven un buen final. Nada es inútil en la Biblia. Cada palabra está inspirada.
Los capítulos y versículos que a primera vista no son rentables, todos se dan con un buen propósito. Mira de nuevo estos dieciséis versículos, y verás en ellos lecciones útiles e instructivas.
Aprendan de esta lista de nombres, que Dios siempre guarda Su palabra. Él ha prometido que la descendencia de Abraham en todas las naciones de la tierra serían bendecidas. Había prometido criar a un Salvador de la familia de David. (Génesis 12:3; Isaías 11:1.) Estos dieciséis versículos demuestran que Jesús era hijo de David e hijo de Abraham, y que la promesa de Dios se cumplió.
Aprenda a continuación de esta lista de nombres, la pecaminosa y la corrupción de la naturaleza humana. Observe cuántos padres divinos en este catálogo tenían hijos malvados e impíos.
Los nombres de Roboam, y Joram, y Amón, y Jeconías, deberían enseñarnos lecciones humildes. Todos tenían padres piadosos. Pero todos eran hombres malvados.
La Gracia no funciona en familias. Necesita algo más que buenos ejemplos y buenos consejos para hacernos hijos de Dios.
Los que nacen de nuevo no nacen de la sangre, ni de la voluntad de la carne, ni de la voluntad del hombre, sino de Dios (Juan 1:13). Los padres orando deben orar día y noche, para que sus hijos nazcan del Espíritu
Aprendan por último de esta lista de nombres, cuán grande es la misericordia y la compasión de nuestro Señor Jesucristo. Piensa en lo profana e inmunda que es nuestra naturaleza; y luego pensar en la condescendencia que fue en El nacer de una mujer, y «hecho a semejanza de los hombres».
Algunos de los nombres que leemos en este catálogo nos recuerdan historias vergonzosas y tristes. Algunos de los nombres son los de personas nunca mencionadas en otra parte de la Biblia. Pero al final de todo viene el nombre del Señor Jesucristo.
Aunque es el Dios eterno, se humilló para llegar a ser hombre, a fin de proporcionar salvación a los pecadores. «Aunque era rico, sin embargo, por nuestro bien se hizo pobre.»