lllᐅ ¿Por qué Jesús solo lavó los pies de los discípulos?
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¿Por qué Jesús solo lavó los pies de los discípulos?

En el instante de la salvación estamos «bañados por todas partes», nuestros pecados son eliminados, recibimos un corazón nuevo y somos completamente perdonados (Apocalipsis 1:5; Tito 3:3-7; y 1 Corintios 6:9-11).

Jesús nos promete que por medio de Su muerte «no recordará más nuestros pecados e iniquidades» (Hebreos 10:17).

Pero, pasar por la vida en un mundo tan lleno de pecado conduce a profanaciones regulares. Pero como uno unido a Cristo no necesitamos ser «salvados de nuevo», solo necesitamos tener esa mancha específica, pecado o profanación limpiada.

Esa es la esencia de 1 Juan 1:9 donde vemos que si constantemente confesamos nuestros pecados «lavar una parte específica» (ese es el tiempo del primer verbo) Dios es fiel y justo para que ya de una vez por todas nos haya limpiado «bañado por todas partes» (ese es el tiempo del segundo verbo).

Qué consuelo para nosotros saber que a pesar de nuestros pecados en este mundo, aún podemos ser salvados; pero no podemos disfrutar de las delicias de nuestra salvación mientras llevemos el barro del mundo sobre nuestros corazones redimidos. Arrepiéntete, confiesa y lávate.

Por eso es tan importante que «mantengamos los pies limpios». Cuando somos profanados, perdemos la comunión con nuestro Señor. Eso es lo que Jesús le estaba diciendo a Pedro cuando dijo: «Si no te lavo, no tienes parte conmigo» (Juan 13:8).

La palabra de Cristo traducida «parte» era meros, que significa «participación, tener una participación en alguien o algo así». La salvación era Dios «bañándonos por todas partes».

Entonces Dios nos unió a Jesús en una relación establecida que no puede cambiar. Vemos esta permanencia en el verbo lavarse en Juan 13:10; porque está en el tiempo perfecto significa que el lavado se estableció de una vez por todas.

La comunión con Cristo está ligada a si nos mantenemos «sin mancha del mundo» (Santiago 1:27). Si permitimos el pecado no abandonado y sin confesar en nuestros corazones y mentes, nuestro caminar con el Señor se obstruye; es por eso que necesitamos lavarnos los pies.