No tenemos un solo caso registrado del empleo de Cristo en la palabra Salvador como aplicable a Sí mismo.
Solo en dos ocasiones los Evangelios registran Su haber hecho uso de la palabra salvación; una vez, cuando habló con una mujer samaritana, le dijo: «La salvación es de los judíos», por la cual más evidentemente quiso decir que en la economía divina la nación hebrea era a través de la cual el Salvador del Mesías debía venir; y una vez cuando le dijo a Zaqueo: «Hoy es la salvación venid a esta casa.»
Pero si bien es cierto que nunca usó la palabra Salvador, y que solo tenemos el registro de Su uso de la palabra salvación dos veces, la palabra para salvarlo empleó constantemente, tanto en el ámbito material como moral.
Nuestras traducciones oscurecen un poco este hecho. Nuestras versiones lo informan como si dijera: «Tu fe te ha sanado», cuando la palabra es exactamente la misma, y podríamos traducir con perfecta precisión: «Tu fe te ha salvado».
En efecto, la palabra está estampada en la página en todas las historias de la obra y la enseñanza de Jesús; Hablaba constantemente de salvar.
Sin embargo, es muy sugerente que nuestro Señor nunca haya sido registrado como haber usado la palabra para salvar en cualquier aplicación inferior a la de la vida humana. Hablamos de salvar la propiedad; Nunca lo hizo. Utilizó la palabra solo cuando se refería a la humanidad y a lo físico, a lo mental o a la vida espiritual esencial.
Nos centraremos en la historia de Zaqueo como ilustración. Toda la historia ofrece una ilustración del pensamiento de nuestro Señor acerca de la salvación, porque en el momento en que Zaqueo se puso de pie e hizo su gran confesión de restitución intencionada, nuestro Señor dijo: «Hoy es la salvación venidera a esta casa.» La prueba de que la salvación había llegado fue que el hombre fue revelado como «un hijo de Abraham». No confunda causa y efecto en esta historia.
Cristo declaró que la salvación había llegado a la casa. ¿Cómo lo demostró? «Por cuanto también es hijo de Abraham.» ¿No era hijo de Abraham antes? Jesús no reconoció su fidelidad hasta que hizo las obras que fueron el resultado de la fe. En la hora del conflicto supremo con los gobernantes, más tarde, Jesús dijo: «Si fueran hijos de Abraham, harían las obras de Abraham.»
De este hombre, renunciando a ganancias mal habidas, balanceándose de nuevo a las líneas de la rectitud; moralmente rehecho, y demostrando su reconstrucción moral por su acto justo; Cristo dijo: Ese es un hijo de Abraham. Hoy la salvación ha llegado a esta casa. ¡Ahí está la evidencia de ello!
La salvación entonces según la enseñanza de Cristo es el cambio completo de una condición a su opuesto. La mano marchitada sana y poderosa, el cese del problema de la sangre, el niño muerto vivo, los hombres leprosos limpios, los ojos ciegos viendo; todos estos lo describieron como salvado.