Cuando los discípulos vieron a Jesús orar, sintieron que estaba pasando. Estaban tan conmovidos por Sus hábitos de oración que le pidieron que les enseñara.
Lo que Jesús les dio fue un modelo para guiarnos hacia oraciones que Dios escucha. Cuando seguimos las palabras de Cristo, estamos orando en el Espíritu. Y cuando oramos en el Espíritu, siempre estamos en contacto con Dios. No importa cuán débiles nos sintamos, no importa cuán distante sea Dios, es inmediatamente accesible. No tiene señales ocupadas, no hay problemas fuera de línea y ciertamente no hay situaciones de sobrecarga.
Padre nuestro: ESTAMOS RELACIONADOS: LA ORACIÓN SE CONSTRUYE SOBRE NUESTRA RELACIÓN COMPARTIDA CON DIOS
En el cielo: ESTAMOS PRESENTES: LA ORACIÓN LLEGA A LA PRESENCIA DE DIOS EN EL CIELO
Santificado sea tu nombre: SOMOS REVERENTES: LA ORACIÓN NOS LLEVA ADORAR.
Tu reino viene: ESTAMOS SUJETOS: LA ORACIÓN BUSCA LA REGLA DE DIOS.
Tu voluntad se hará en la tierra como en el cielo: SOMOS CUMPLIMIENTO: LAS ORACIONES BUSCAN DE DIOS.
Danos día a día nuestro pan de cada día: SOMOS DEPENDIENTES: ORA Y CONFÍA EN LA DISPOSICIÓN DE DIOS.
Porque también perdonamos a todos los que están en deuda con nosotros: SOMOS COMPASIVOS: LA ORACIÓN EXIGE PERDÓN.
Porque también perdonamos a todos los que están en deuda con nosotros: SOMOS REVERENTES: LA ORACIÓN SE BASA EN LA CRUZ DE JESÚS. SOMOS COMPASIVOS. LA ORACIÓN NOS EXHORTA A PERDONAR.
Y no nos conduzcas a la tentación: SOMOS CUIDADOSOS: LA ORACIÓN CONFÍA EN EL CUIDADO DE DIOS.
Pero líbranos del maligno: ESTAMOS CONFIADOS: LA ORACIÓN SABE QUE DIOS NOS HA LIBERADO.